DISEÑO

ROBERT STADLER. 5VIE, MILÁN

La colección OMG-GMO de Robert Stadler es una crítica a la manipulación prepotente que los humanos hacemos de la naturaleza.

Presentada en la Milan Design Week, dentro del circuito 5vie, la colección OMG-GMO del diseñador austriaco afincado en París, Robert Stadler, para la galería Carwan, toma prestadas las típicas lógicas mutantes de las frutas y verduras modificadas para crear diez objetos de cerámica que irónicamente transforman lo orgánico en algo estructural y funcional. El propio título se refiere a ese juego de palabras que habla de asombro e intromisión entre el OMG (oh-my-god) y el GMO (genetically-modified-organism). Se trata de una crítica, incluso de una burla, a la manipulación prepotente que los humanos hacemos de la naturaleza llevada al extremo en el que las frutas y verduras pueden ser cuadradas o hexagonales, desprovistas de las imperfecciones e irregularidades que les son propias, separándolas de todo lo que es intrínseco a su ser y que las hace naturales. Las piezas diseñadas por Stadler, siendo aparentemente inocentes, hacen referencia no sólo a esa actitud loca frente a la naturaleza, sino que en ocasiones también hace un guiño en relación a muebles y objetos de la historia del diseño, como es el caso de la mesa de cristal con patas en forma de berenjena, que remite visualmente a la conocidísima mesa de la diseñadora Gae Aulenti de 1980 cuyas patas eran ruedas. Son diez piezas funcionales de cerámica pintadas a mano, realizadas en ediciones limitadas en los talleres italianos de la prestigiosa firma de Bitossi, que reproducen con exactitud esos artificiales pepinos rectos que forman el pie de una lámpara, los plátanos sin manchas que son parte de un perchero, las zanahorias lisas que conforman una lámpara, los calabacines doblados en L que sirven para montar una gran estantería o las sandías cuadradas y sin pepitas que son el asiento de un taburete, cuyas patas son falsos puerros estirados y en cuyas junturas encontramos lisas nueces. Así diseña Stadler estas piezas de apariencia tan impoluta como irreal y que tras su amable corporeidad esconden un alma radical.

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