Con motivo del festival Llum Bcn, la antigua fábrica de Simón en Poblenou se transformó en una experiencia de luz con tres instalaciones firmadas por Antoni Arola, Michela Mezzavilla y un grupo de estudiantes de la escuela EINA.

El poder de la luz para transformar los espacios públicos mediante instalaciones, proyecciones y mappings de artistas nacionales e internacionales ha vuelto a centrar la atención del Llum BCN. En la que ha sido ya su séptima edición, el festival ha contado con la firma especializada en soluciones para iluminación, control de luz y material eléctrico, Simon como promotor. A través de tres instalaciones lumínicas en su antigua fábrica –transformada en 2016 con motivo de su centenario en el showroom interactivo Espacio Simon 100–. la compañía ha materializado su compromiso con la ciudad y la cultura de la luz.Antoni Arola, colaborador habitual de la marca, ha presentado Reflexions, una obra que investiga las posibilidades menos conocidas de luz y que nace de la experimentación de cómo nace, se deshace o se transforma en reflejo. Proyectada sobre telas suspendidas, la luz interpretó una hipnótica danza al ritmo de las creaciones sonoras del equipo Lolo&Sosaku. Por su parte, la fachada ha sido el telón de fondo de la performance lumínica inspirada en la filmografía de Stanley Kubrick, Pulse 897, de Michela Mezzavilla. A través de la repetición de elementos luminosos evocando al famoso pulsador 897 de Simon, la instalación ha convertido los alféizares de las ventanas en una gran matriz de luz dinámica. Por último, a partir del estudio del plancton bioluminiscente, noctiluca scintillans, los estudiantes de EINA han reflexionado sobre la luz generada por la naturaleza y su percepción con su instalación Noctulica, situada en el patio del edificio.

Simon. simonelectric.com