OMA reformula el espacio de retail combinando ocio, compras, cultura e interacción social en un edificio pétreo abrazado por una cinta de vidrio que conecta el interior con la ciudad y lo inunda de luz.

Mucho antes de que la crisis sanitaria azotara implacable al comercio minorista, el sector buscaba reinventarse para enfrentar la amenaza imparable del e-commerce. Los propietarios de The Galleria, la primera franquicia de tiendas de lujo de Corea del Sur, buscaron esa nueva formulación del negocio de la mano de OMA, el estudio fundado por Rem Koolhaas, cuyos proyectos de retail han sido la referencia internacional desde hace más de dos décadas. El proyecto, liderado por uno de los socios del estudio, Chris van Duijn, ha pretendido convertir el edificio comercial en un destino que combina ocio, compras, cultura e interacción social. Una suerte de epicentro (como ya se denominó su emblemático proyecto para Prada en Nueva York), que atrae a los residentes de la ciudad y les hace partícipes de lo que ocurre en su interior. El edificio se levanta en un céntrico barrio de la ciudad de Gwanggyo, a 30 km al sur de Seúl, entre el parque del lago y los ubicuos rascacielos, como una intersección entre paisaje natural y entorno urbano.