DISEÑO

NÉSTOR BASTERRETXEA. MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO

La faceta de diseñador del artista Néstor Basterretxea, pionero del mueble contemporáneo desde los años 60, se recoge en esta muestra del Museo de Bellas Artes de Bilbao.

El museo de Bellas Artes de Bilbao explora en la monográfica Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura –resultado de una investigación desarrollada por Peio Aguirre, Pedro Feduchi y Pedro Reula–
y en su excelente catálogo, la aportación del artista vizcaíno al territorio de la ideación de la arquitectura y la ejecución en diseño, especialmente en el campo del mobiliario contemporáneo, del que fue impulsor y especialista. La muestra, que se puede visitar hasta el 24 de mayo, da inicio a las conmemoraciones del centenario de su nacimiento el próximo 6 de mayo, con la intención de rescatar la figura, algo diluida, de un creador imprescindible del arte vasco desde la década de los 50 del siglo XX. A partir del 27 de junio, otra exposición evocará de nuevo el aniversario, exhibiendo en el Centro Cultural Montehermoso, en Vitoria-Gasteiz, la Serie Cosmogónica Vasca (1972-75), obra compuesta por dieciocho esculturas de imagen moderna y mensaje ancestral, que el autor donó al museo bilbaíno.
Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura se divide en cinco secciones repartidas en cinco salas. La primera presenta al autor. Abre con La vivienda como escultura habitable (1998). “Es preciosa, la hace cuando deja de construir muebles y vuelve a la escultura, a la pública”, comenta Pedro Feduchi a Diseño Interior. “Primero hace pintura y poco a poco va desplegando la tercera dimensión”, completa Pedro Reula. “Es una pieza sobre pilotis. Se trata de una escultura icónica del trabajo de Basterretxea y del territorio fronterizo que transitó enlazando los mitos con el arte y la arquitectura».
La pieza coincide con otra de la Serie Cosmogónica Vasca llamada Argizaiola, inspirada en una palmatoria de difuntos tradicional. En esa escultura percibía la fisonomía de un edificio. Tanteó en bocetos y collages su conversión en vivienda y en un Museo para mis obras (2001). Es un memorial, “vuelve al culto de los muertos para tenerlos presentes. Un museo no deja de ser eso, y éste es para su propia obra”, interpreta Reula. En la misma línea de intercambio de contexto, la sala incluye el temprano dibujo de una amena silla antropomórfica derrengada, junto al comentario La pobre silla estaba tan cansada que necesitó sentarse (1946).

Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura. Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Hasta el 24 de mayo. bilbaomuseoa.eus

Texto y fotos: Mercedes Peláez López/ARKslowww.com

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