DISEÑO

HELLA JONGERIUS. GENERATIONT, NYMPHENBURG

Hella Jongerius promueve la puesta al día de las antiguas porcelanas tradicionales de Nymphenburg con dos patrones creativos que les aseguran una nueva actualidad.

No debe ser fácil para ninguna compañía preservar el interés por sus productos a lo largo de los tiempos, especialmente si por “los tiempos” queremos decir siglos. Es lo que le ocurre a la manufactura de porcelana alemana Nymphenburg, fundada en 1747 y que sigue hoy en activo ejecutando manualmente todos sus productos especialmente conocidos por la delicadeza de sus acabados, una manufactura que nunca cayó en la tentación de la producción industrial y que se enorgullece de los procesos artesanales tradicionales pasados de unas generaciones a otras. Pero estamos en el siglo XXI y, como era de esperar, ni los gustos, ni los usos, ni las preocupaciones del consumidor son los mismos que más de doscientos años atrás. Así que la cuestión que se plantearon es el cómo llevar hacia el futuro la producción de unas porcelanas de calidad excepcional que quieren adaptarse a su tiempo sin renegar de su pasado.
En ese espíritu de renovación e innovación, de preocupación por el desperdicio de recursos tanto materiales como humanos, Nymphenburg ha recurrido de nuevo a la diseñadora Hella Jongerius, con quien en el pasado había realizado ya dos proyectos: la vajilla Nymphenburger Sketches y la colección Four Seasons. El nuevo proyecto presentado recientemente se llama Generation T (la T referida a la Tradición) y surgió de la necesidad de devolver a la vida platos, tazas y cuencos de una calidad única, pero que, sin embargo, habían perdido atractivo para las personas que probablemente los habían heredado de su familia. Así, con el ánimo de explorar el tema del re-uso tan presente en los tiempos que corren, Jongerius presentó una idea creativa que reconecta a los usuarios con piezas de porcelana que evocan recuerdos de su vida familiar. El sistema diseñado por ella consiste en el diseño de dos nuevos motivos decorativos que se pueden pintar (a mano, claro) sobre cualquier plato antiguo de Nymphenburg. Uno de los motivos se llama Dripping (en español sería “chorreo”) y consiste en una especie de manchurrón azul, negro o dorado, que se refiere metafóricamente al borrado de recuerdos, ya que se pinta encima de los dibujos del plato original tapándolos parcialmente. El otro motivo se llama Weeds (malas hierbas) y hace alusión a hierbajos que se pintan sobre las antiguas decoraciones florales creciendo sobre ellas de un modo libre y opuesto al de las ordenadas florecitas de la decoración original.

Texto: Ana Domínguez Siemens

REPORTAJE COMPLETO EN DISEÑO INTERIOR 364