El estudio Garcés-De Seta-Bonet diseña una vivienda en los Alpes franceses que utiliza materiales tradicionales de forma contemporánea, consiguiendo una construcción más eficiente, sostenible y responsable.

“Parece que siempre estuvo ahí” es una de las mejores críticas que puede hacerse a un edificio. Una obra que se identifica de tal forma con el lugar y su tradición que se hace indistinguible del resto de lo construido en su entorno. Un comentario que refleja también el desprecio por la modernidad. O, al menos, el miedo al cambio. A una novedad que pueda considerarse intrusa. Que no se perciba como enraizada en la supuesta historia del lugar.

¿Cuál es el motivo del prestigio de lo vernáculo, lo tradicional o, simplemente, lo habitual? Si es que hay algo más allá de la costumbre. Porque la mayoría de la arquitectura tradicional no tiene ningún valor, aparte de la nostalgia que pueda provocar. Como mucho se puede apreciar la honestidad material –que habitualmente no es más que producto de la escasez de medios a su disposición– y la emoción plástica que esta austeridad pueda provocar. Es necesario superar esa visión ensoñadora de lo que muchas veces no es más que pobreza.

FICHA TÉCNICA

Sección: Casas Radicales

Texto: Miguel Barahona

Proyecto: Casa Talbot-Eallis

Localización: Villard-de-Lans, Roine Alps, Francia

Autor: TBA Taller Básico de Arquitectura

Fotografía: Adrià Goula

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