De la mano de la Fundación Kálida, los centros Maggie para el apoyo a enfermos de cáncer llegan a Barcelona. El primero, en el hospital Sant Pau, tiene la firma y el alma de Benedetta Tagliabue, que ha involucrado a Patricia Urquiola en un diseño volcado en ayudar a las personas.

No es la primera vez que recogemos en estas páginas los proyectos de arquitectura solidaria que ha promovido la Fundación de Maggie Keswick para el apoyo y atención de enfermos de cáncer y sus familiares. “Las personas con cáncer no deben perder la alegría de vivir por el miedo a morir”, decía la inolvidable británica, y, por ello, decidió junto a su marido, el arquitecto e historiador Charles Jenks, dedicar su legado a mejorar la experiencia de los enfermos creando espacios capaces de transmitir optimismo y esperanza, expresamente diseñados para su bienestar. Los centros Maggie son lugares de vocación doméstica, situados junto a los hospitales, que sustituyen las frías salas de éstos por espacios flexibles y acogedores, donde el apoyo y el confort al enfermo y sus acompañantes son protagonistas. Actualmente existen más de una veintena en Reino Unido y Asia, firmados por autores como Rem Koolhaas, Norman Foster, Richard Rogers, OMA, Zaha Hadid o Frank Gehry.