ARQUITECTURA

TBA. HOUSE FOR A MAN AND A TREE, MUTILVA

Una de las ficciones operativas a las que más ha recurrido la arquitectura durante el último siglo es la de lo mínimo, la búsqueda de lo esencial, aquel punto donde es imposible sustraer nada más.

 

Tanto desde una actitud aparentemente ética –la preocupación por Dotar de las condiciones básicas de habitabilidad a quienes no las tienen–, como abiertamente estética –un hedonismo aristocrático que parte de la renuncia a lo superficial por vulgar–. Más allá de su evidente fotogenia, esta reducción ha llevado tantas veces a olvidar partes esenciales del habitar. La reducción de estímulos no debe ser un fin en sí mismo, sino que la selección debe llevar implícita su potenciación. La búsqueda de una experiencia extrema y singular. Hacerlo compatible con la vida es la verdadera lucha del proyecto, donde tantos han fracasado. Y fracasan.

Una actitud que persigue una percepción más nítida del mundo. Que se inserta como un momento de paz en medio del caos. Que, gracias al silencio, trata de distinguir y apreciar el ruido de la existencia. Que selecciona y ordena los estímulos que recibe para de esta forma disfrutar de ellos más plenamente. La arquitectura de lo mínimo se ha mostrado terrible al intentar generar un sistema totalizador, pero ha logrado momentos bellísimos basados en el contraste con la exuberancia que le rodea.

FICHA TÉCNICA

Sección: Casas Radicales

Texto: Miguel Barahona

Proyecto: House for a man and a tree en Mutilva, Navarra

Autor: TBA Taller Básico de Arquitectura

Fotografía: Pedro Pegenaute

REPORTAJE COMPLETO EN DISEÑO INTERIOR 296