PROYECTOS

LUCAS Y HERNÁNDEZ-GIL / KRESTA DESIGN. CASAMONTESA + KRESTA GARDEN HOUSE

El estudio Lucas y Hernández Gil reforma CasaMontesa en Madrid junto con una ampliación, Kresta Garden House, dos construcciones complementarias, pero con carácter propio.

CASAMONTESA + KRESTA GARDEN HOUSE Autor: LUCAS HERNÁNDEZ-GIL- KRESTA DESIGN. Constructor: COSMADECO. Localización: PELAYOS DE LA PRESA, MADRID. Superficie: 75 m2 (CASA MONTESA) 32 m2 (KRESTA HOUSE). Realización: 2023. Fotografía: JOSÉ HEVIA.

Los arquitectos Cristina Domínguez Lucas y Fernando Hernández-Gil Ruano, responsables del estudio Lucas y Hernández-Gil, y la firma de diseño y mobiliario Kresta Design, son los autores de dos proyectos, complementarios pero independientes, situados en la Sierra de Madrid, próximos al Pantano de San Juan. Dos espacios singulares en un emplazamiento excepcional que la pareja ha diseñado para una familia urbanita, amante del diseño y que buscaba un lugar al que escapar de la ciudad. Un encargo que comenzó cuando sus propietarios pidieron al estudio reformar el antiguo bungaló que originalmente formaba parte de un complejo hotelero de los años 70 y ahora ocupa la pintoresca vivienda principal, bautizada como CasaMontesa, y que posteriormente se amplió para incluir la Kresta Garden House, un invernadero multifuncional, que surge como un spin-off de la primera y puede utilizarse como espacio de trabajo, dormitorio de invitados, gimnasio o simplemente como una sala en el jardín. Dos construcciones que desde el estudio optaron por resolver desde un enfoque único, pero dotando de un carácter distinto a cada espacio.
“La construcción original de la que ahora es CasaMontesa tenía un carácter híbrido entre lo montañés y lo moderno, con un deje kitsch que había soportado bien el paso del tiempo, manteniendo una identidad singular que hemos querido respetar”, cuentan los arquitectos, para quienes el proyecto ha supuesto una oportunidad de resolver el espacio con una propuesta global, de arquitectura, interiorismo y diseño de piezas singulares de mobiliario. “Los propietarios querían una casa muy cómoda y flexible, que fuera útil tanto para trabajar como para reunirse con amigos”, añaden Lucas y Hernández-Gil, que destacan cómo la casa, además de pequeña, estaba muy compartimentada. Con estas preexistencias como punto de partida, la estrategia fue trabajar en unos huecos que ahora aparecen como cajas profundas que se proyectan y enmarcan el paisaje, para conseguir una mejor relación entre el interior y el exterior, así como una mayor amplitud. De esta forma, se generan unos umbrales que se convierten en los elementos distintivos de una casa, donde la cocina adquiere también un importante protagonismo, como un gran mueble de obra para cocinar, comer y trabajar que articula su interior. Para singularizarlos y conectarlos, se han elegido pequeños azulejos artesanales en color burdeos, que revisten tanto los huecos de las ventanas, como una gran mesa que sirve como encimera, mesa de comedor y lugar de reunión social, y en la que se combinan con una elegante encimera de mármol rosa portugués. El resto de materiales, tanto de la cocina-comedor como de la sala de estar anexa y los dos dormitorios, optan por una estética más neutra y discreta, con suelos de piedra de Campaspero y paredes de yeso teñido y encerado que establecen un diálogo por contraste con las superficies coloreadas y brillantes de los azulejos. Entre las piezas más icónicas, destaca la chimenea arqueada en esquina de una sala de estar con una singular mesa de centro de yeso tadelakt, un acabado tradicional marroquí ecológico que mezcla cal, agua y yeso, y las mesitas de noche semicirculares suspendidas en voladizo en los dormitorios. En la cocina, una original alacena de malla metálica en un llamativo color azul rompe la gama cromática y deja a la vista su contenido.