ARTE

ALEX CHINNECK: IQOS WORLD, TORTONA, MILÁN

Durante la Milan Design Week y promovido por Philip Morris, el británico Alex Chinneck ha convertido un edificio de Zona Tortona en una metáfora de transformación hacia un mundo imaginario. Liberada de su piel, la vieja arquitectura anticipa que un futuro distinto es posible.

Cremalleras abiertas sobre fachadas, suelos y paredes han dejado por unos días al descubierto las entrañas del edificio Opificio 31, en la conocida Vía Tortona de Milán. Invitado por Philip Morris International, con motivo de la Milan Design Week 2019, Alex Chinneck (1984, Bedford, Reino Unido) ha desabrochado una arquitectura para utilizarla como metáfora de un proceso de transformación hacia un mundo imaginario. Mediante el uso repetido de un elemento como la cremallera, habitual en sus trabajos, Chinneck ha abierto el antiguo edificio, aparentemente histórico, invitando a transeúntes y visitantes a reimaginar lo que sus fachadas, suelos y paredes esconden en su interior. Audaz y disruptivo, el conocido escultor ha vuelvo a unir en esta intervención disciplinas como el arte, la arquitectura, el teatro y la ingeniería, desde la escala monumental que caracteriza su producción. Materiales y formas arquitectónicas familiares utilizadas de manera extraordinaria, que cambian las percepciones de los visitantes sobre lo que es posible y lo que no, haciendo que lo ordinario parezca extraordinario y transformando el mundo en un lugar mágico.