Eduardo Broissin participa en la 10ª Design House de Ciudad de México con un micro bosque coronado por una casita del árbol que evoca la pérdida de la inocencia.

Englobado en la Design Week México, el evento ha invitado a 24 diseñadores e interioristas locales a transformar una estancia de una casa abandonada. En el patio de acceso, Broissin ha creado un micro bosque con una pequeña casita del árbol sobre un fresno centenario, cuyo nombre, –chantli, significa ‘casa o habitación’ y kuaulakoyokan, ‘en la copa del árbol’ en náhuatl clásico, la lengua oficial de los antiguos habitantes del Valle de México en la gran Tenochtitlan– recupera el pasado del lugar. Concebida tradicionalmente como un refugio de desconexión y aventuras que remite a la niñez, la casa en el árbol sustituye aquí la calidez de la madera por la frialdad del vidrio, en referencia al paso del tiempo y la pérdida de la inocencia. Además de reflexionar sobre la seguridad e intimidad de los espacios construidos, el proyecto hace también referencia a ‘Privacidad’, obra de teatro con la que Diego Luna cuestiona la supuesta intimidad que prometen las redes sociales.

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